lunes, 20 de octubre de 2008

Cómo salir de Perú y casi morir en el intento

Yo sabía que iba a ser difícil, que a pesar de todas las mentalizadas previas, dejar Perú no iba a ser fácil, ni física (eso del cambio de hora), ni emocionalmente (despedirse de mis sobris, de mamita, de yannito y demás familia y amigos); pero nunca pensé que los límites del dolor, serían tantos...

Ya los últimos días con Camila y Micaela eran difíciles, ver cómo están creciendo tan rápido y cada día más lindas y ricotonas y pensar que me voy a perder casi 1 año entero de sus vidas, me daba mucha penita, ni que decir de que Gabriel no va a reconocerme cuando regrese, bu. Y mi mami, pues sé que para ella debe ser muy duro decirle un hasta luego tan largo a su hija más chiquita (sí, ya sé que yo en edad no soy tan chiquita, pero es mami pues!). En tal caso, le agradezco mucho, porque evitó al máximo llorar delante de mi y siempre me dio las fuerzas para seguir con mis planes.

Cómo no extrañarla

Aún así, la capacidad del ser humano para hacer cosas autómatamente es fuerte, así que penas aparte, avanzaba con la maleta y las despedidas. En una "brillante" idea, se me ocurrió que para contrarestar el famose "jet lag" o cambio de hora, lo mejor era dormir lo más poquito mis últimos días en Lima y luego dormir todo el viaje (largas 12 de horas de avión). Así que el viernes decidí que era buena idea dejar Lima bebiendo unos cuántos catedrales y el sábado pues pasar al máximo mi tiempo con mi familia y Yannou. Sin embargo, no sé en qué momento se me ocurrió que 3 pisco sour catedrales no me harían nada, como dice mi amiga la Uvita, horror!!!! La noche del viernes empezó genial, además con nuevo corte de pelo. Llegamos al Bolivarcito con Yann, pedimos un par de catedrales acompañados de sus piqueitos para fortalecer al estómago y poco a poco empezó a llegar la gente. Hasta el 2do pisco todo iba bien. Todos felices, riéndonos, genial. La idea era ir al Directorio, donde iba a tocar Cementerio Club y entonces sucedió, que pedí el tercer pisco y a partir de ese momento no recuerdo nada, y por lo poco q sé, lo mejor es no recordar, jejeje... (esta foto es obra de... teté? ramón? cesitar?)


Al día siguiente tenía un super almuerzo familiar que mi mami me había preparado, iban a venir a casa mis tíos, primos, sobrinos, etc. Y yo, sin saber cómo, estaba en casa de Caito, con una de las resacas más brutales de la historia y un océano mental en la cabeza. Luego de que mi estómago se retorciera un poco más y lograra conciliar algo de sueño, me bañé y enrumbe a mi casa con Yann, donde me esperaba una tarde maravillosa, post borrachera, ayayay Carmencita, qué estabas pensando?

A pesar de todo el cansancio, la pasé muy bien. Micaela y Camila me hicieron olvidar todo con sus travesuras y con el "tao tao" que bailamos. Además, tenía un buffet criollo de rechupete, ají de gallina, carapulcra, seco de pato, causa rellena, chicha, bueno, ya se imaginan no? Nada como una buena comida para reponer las fuerzas. Pero luego vinieron las despedidas y empezaban también las debilidades emocionales, despedirme de mis tios y primos a quienes adoro, de mis hermanos, de las enanas, que no entendían muy bien cuando les decían que me iba a ir en avión a España. Ya el corazón se me hacía añicos, y una parte de mi tenía muchas ganas de mandar a la mierda a la beca y quedarme en Lima carajo, pero no pues, ya había tomado una decisión, además era algo que había esperado por tanto tiempo, había que seguir nomás.

Bailando con mi Cami

Ya por la noche, Yann y yo fuimos a comer, aunque con tanta comida en el almuerzo, no tenía demasiada hambre. Provamos una tratoria cerca a mi casa y luego nos fuimos al Wahios para que le pudiera dar un útlimo abrazo a Anais, y además un última ganada en el fulbito de mesa, yeeee, (con mucha ayuda de yannito claro). Y luego, como ya el cuerpo no me daba y eso de no dormir esa noche, no iba a funcionar, nos fuimos a descansar a casa. Pero, como mi cerebro estaba al 10%, en vez de colocar la alarma a las 4:00 am, la puse a las 4:00 pm. Ya se imaginan que nada sonó y seguimos durmiendo plácidamente hasta las 5:17 en que felizmente mi reloj biológico aprovechó mis últimas fuerzas y escuchando a los pajaritos que empezaban a cantar, me hizo despertarme y gritar: Yann, ya es de día, vamonos!!!!! Corrimos a la casa de mi mami, donde tomé la ducha más rápida de mi vida, cogimos las maletas y apenas nos dio tiempo de un pequeño café antes de que mi hermano llegar a a recogernos.

Los útlimos abrazos fueron los más difíciles, y tuve que hacer esfuerzos para contener las lagrimitas que ya asomaban por mis ojos. Lo único que quería era llegar a mi asiento y dormir. Sin embargo, eso nunca lo pude hacer. Lo intenté lo más que pude, pero habían al menos 4 niños en el avión, uno lloró casi todo el vuelo, otro estaba detrás de mi, y cada vez que ya estaba apunto de entrar a sueño REM sentía una patada que me despertaba. Y como si eso fuera poco, parecía que los adultos no tenían ganas de dormir como yo, y simplemente hablaban, prendían las luces para leer, o le subían al máximo el volumen a sus audífonos para escuchar, las realmente muy malas pelis que Air Comet ofrece. Y como los asientos son hiper cómodos, estaba con un dolor de columna fatal. A las justas, habré dormido unas 2 o 3 horas. Aterrizamos en Madrid a las 5:05 am. Felizmente nadie me hizo problemas al ingresar, me sonrieron y me dijeron, bienvenida a Europa, por segunda vez, yeeee. Y para mi buena suerte, Quique estaba esperándome a la salida y puedo decir con seguridad, que no hay nada más lindo que tener un amigo que te espera en un nuevo país. Nos tomamos un taxi hasta un café cerca a la casa de Berenger y Sebastian, los amigos de Yann que me alojan, pero como eran las 6, nos entramos a tomar mi primer cafe con leche al estilo español, y un churrito, pa empezar pues!

Ya a las 7, como Quique tenía que ir a trabajar, llamé a los chicos. Quienes me han abierto un rinconcito maravillos en su depa. Y luego de conversar muy poquito, tomé una ducha, me puse el pijama y me tiré cual marmota que soy a la cama que habían preparado para mi... Eso fue ayer, día totalmente inútil para mi. No hice nada, me desperté a medio día, salí a averiguar para conseguirme un número celular aquí, que aún no consigo, y a reconocer el barrio. Resulta que nadie te cambia dólares, felizmente traje varios euros también y luego, intenté comer algo y volver a salir, pero resultó que fue más fácil comer algo y dormir algo más. Era un zombie completa, además me dolía la cabeza horrores. Ya a las 5, cuando volví a despertar, me obligué a no dormir más y ser fuerte. Sebastian llegó por la noche y me llevó por unas cañitas (chelitas) y unas tapas, lo que fue muy bueno porque estaba muerta de hambre (para variar). Y luego Bere se nos unió para otras tapitas, esta vez yo con vino, que por esta semana es todo lo que se me antoja beber, les he traido una botella de pisco, pero pienso que no la abriremos por el momento.

No pude dormir demasiado, pero no pienso que fue por el cambio de hora, sino porque creo que tengo todavía mucha adrelina en el cuerpo y mi cerebro no termina de procesar todo lo que estoy viviendo, los pensamientos me atacan cada vez que cierro los ojos. Pero bueno, hoy ya es martes, ya abrí una cuenta en el banco e hice algo de compras para cocinar. Me siento mucho mejor, más recuperada y lista para conocer este país en el que la gente habla bien..., cómo decirlo..., diferente, vamos a decir. Gracias a Dios, es una ciudad grande y llena de gente de todas partes del mundo, y hoy al volver a casa escuché a un chico decir por celular "chato, no te ví huevón", ahhhh, refrescante señores, refrescante.

Ahora creo que haré honor a las costumbres del lugar e iré por una siestecilla, jojojo. Pero luego saldré a visitar el centro, luego a la presentación de mi máster y finalmente a una expo que hacen unos amigos de los chicos acá cerca. Es raro estar aquí, al mismo tiempo estoy feliz por toda la novedad, pero por otro, creo que aún no me doy cuenta que aquí no hay combis (aunque quién realmente las extraña), que no puedo ir a comer ceviche cuando quiera, ni de que ustedes también están lejos y de que este finde, no veré a mi familia, no saldré a bailar a ritmo del arbolito, ni el domingo habrá club de la pela. Voy a seguir el consejo de Sarah y me lo tomaré poco a poco. Total, Madrid me ha recibido con los brazos abiertos, no me puedo quejar...



1 comentario:

TERESA CABRERA E dijo...

la foto la tomó teté, que era prácticamente la única persona en condiciones de sostener algo que no fuera un catedral. reconocerás que la foto está paja, que refleja bien la onda del momento, antes que todo se te ponga borroso... las demás fotos que hice esa noche también son buenas... no las escondas... un abrazo! y manda a tu delegado al club de la pela!fkrsg