miércoles, 13 de mayo de 2009

Paris, la troisième fois...

Creo que pocas veces en la vida, una tiene la oportunidad de visitar por más de 1 vez una ciudad extranjera; sobretodo cuando es una ciudad con la se ha soñado conocer desde pequeña, como es mi caso con Paris. La semana pasada estuve por tercera vez en la Ciudad Luz y no he pedido evitar meditar de lo diferente que ha sido cada una de las veces que pisado el suelo francés...

La primera vez que estuve en Paris, fue también mi primera vez en Europa. Un cachuelo inesperado me dio lo suficiente para comprarme el pasaje que tanto quería. Desafortunadamente la embajada de Francia en Lima se encargó de arruinarme el sueño al negarme la visa. Triste por la negativa, agarre mis fuerzas y mis maletas y me subí al avión. Total, los suizos son gente más decente y me habían dado el permiso para entrar en su país y ver a mi prima que vive en Ginebra. Ya que no yo podía moverme ni a Francia, ni Italia y menos España, decidí que me dedicaría a conocer lo más posible del territorio suizo y más bien, sería mis amigas quienes vendrían de Paris a pasar unos días conmigo. El destino sin embargo, tenía otros planes para mi. Mi prima estaba más que decidida a hacerme cruzar la frontera, total, son 15 minutos de Ginebra a Francia y si vas en carro no hay controles. Es así que viví mi aventura de ilegal llegando hasta Lyon en el carrro de mi primo y luego Aurelie me recogía para irnos en tren hasta Paris.
Con mi Mathilde y mi Aurelie, última noche en Paris

Esa fue una semana intensa, me enfermé, me emborraché, comí delicioso, paseé por Paris viendo sus principales atractivos turísticos: Le Louvre, Notre Dame de Paris, la Torre Eifel, Mont Martre, etc. Para finalmente regresarme en tren hasta Annemass (o algo así) donde mi primo me recogió para cruzar nuevamente en auto hasta Ginebra. Todo salió bien claro, no hubo problemas fronterizos, jejeje y regresé sana y salva a casita. Aquella vez Paris me conquistó, fue amor a primera vista; 1 semana no sería suficiente para amarnos todo lo que queríamos. Sin embargo, fue tan difícil llegar hasta allá, fue toda una lucha para conocer la ciudad del amor, que fue al mismo tiempo gratificante y triste, sobretodo al pensar que quizás nunca volvería a Paris...
Caminando por Paris con Christophe y el Queque tomando la foto

Tres años y medio después, y con una tarjeta de residente española, entré por 2da vez en Francia. Además de legal, esta vez entraba acompañada del Yannito y a recorrer casi la mitad del país. Y Paris, a pesar del frío invierno, me volvió a recibir con sol y cariño. Los amigos estaban ahí, no todos, pero varios, los techitos azules con sus balcones, las luces y el vino, que ahora además estaba caliente. Y aunque Yann sea francés, de parisino no tiene nada así que juntos pudimos descubrir nuevos y maravillosos rincones en Paris. Pero claro, esta vez sólo fueron 3 días en los que además Yann quería ver a sus amigos, así que aparte de Paris centro,conocí sus alrededores y bebí aún más vino y justo antes de partir el niño se enfermó... Para variar a mi, lo que me dejó la visita fue mucha nostalgia de partir y una promeso de volver en primavera...

Es así que llegamos a la 3ra vez. No fui a hacer turismo, fui a ver a mis amigos y a comer croisants y queso, a tomar vino y disfrutar del romance que Paris y yo tenemos. Pero ha sido una sensación tan extraña... Esta vez llegar fue demasiado fácil. Subir a un avión y ya... El NIE (tarjeta de identidad española) abre tantas pueras. Además que con mi actual nivel de francés puedo sobrevivir sola sin problemas. No me perdí en el Charles de Gaulle (el aeropuerto), ni en el metro, y de hecho ha sido divertido darme cuenta que la gente me habla en francés y yo sin pensar les respondo en su idioma, será que por fin empieza a calar el francés dentro de mi? Lo mejor de todo es no sentirme una extraña en Paris, sino un poquito parte de ella. Esta vez también me recibió con sol, aunque claro, como es Paris, tenía que llover un poco, pero ni siquiera eso pudo bajar la felicidad que sentí de estar allá y de ver a tantos amigos otra vez...

Con la Carlita, después de 3 años, el reencuentro en Paris

¿Qué tiene esta ciudad que me gusta tanto? Tiene un "je ne sais quoi..." sus calles en el centro son demasiado bonitas, con sus cafés y terrazas, sus chicos parisinos bonitos (y los no tan bonitos), con el Sena en el medio y los canales muy cerca.... y la comida, ni qué decir de los quesos y platos, esta vez probé el famoso steak tartare, que basicamente es carne cruda con cebollita y alcaparras y una yema de huevo, pero creanme, es super rico!!!!! ¿Quiero vivir en Paris? Henri dice que es mi destino, ja! Yo aún no estoy convencida, pues tengo miedo que al vivir en ella, pierda un poco su encanto... Pero como mi vida no está escrita y si un tiempo viví en Madrid, quizás algún día me toque viven en Paris. Por ahora sólo sé que ella y yo tenemos un romance, en stand by por ahora, pero aún así me quedan monumentos y plazas por visitar, muchos quesos por probar y varios vinos por beber. Y después de esta tercera vez, ya no me queda duda: Paris, Je t'aime...

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